No soy buen besador

Pensarán que con eso habré besado a alguien, pero no, se los diré hasta el final de la entry (si lo recuerdo mientras escribo, pero si lo recordaré, espero...).
Ayer fui a la escuela a hacer el mini examen de Ley de Hess.
Dice la maestra que me salió mal. Tengo bien el prosedimiento, pero el resultado está mal. Diablos, ¿pueden creerlo? Me puse tan nervioso que no debí de haber hecho bien las cosas, tal vez invertí algo... qué sé yo... el caso es que me lo dejó de tarea, y lo haré, algo me dice que si invertí mal la ecuación y por eso me salió diferente el resultado.
Eso me hace sentir mal, digo, me siento bueno para las matemáticas y me dice que salí mal... todo se me derrumba. Mi mundo de hermosos números amigables se transforma.
Bueno, no es para tanto. Realmente sólo me dije "tienes que fijarte más, pendejo", lo malo es que fue en voz alta y la maestra me escuchó. Bah, no importa, total, sabe que era para mí (o eso espero, si no, tendré que decirle el próximo lunes que era para mí).
Me enteré, por mi gran sabiduría (porque le pedí prestado el cuaderno a un tipo), que hay que realizar un proyecto algo mamalón para regresando de vacaciones...
Una maqueta del Punto Triple del Agua. ¿Qué chingados es eso? Ni yo tengo idea.
Pero, es en equipos. YO NO TENGO EQUIPO. Lo haré solo, total, soy Mango, todo lo puedo, y lo que no, lo invento y hagmo mal.
Ya, en su defecto, le pediré ayuda a mi todopoderoso hermano.
Después de eso volví a mi casa, bailando.
Estaba feliz, muy feliz. Hasta bailé en el camión y me puse a leer unos cómics de The King of Fighters 2003 (muy caros y en inglés, pero, ¿qué importa? Carajo, tienen a Kyo, ¡a Kyo! Aunque éste sólo sale una vez y en el segundo cómic, pero no importa, ¡ES KYO!). Estaba tan jocoso, que contagié a una chava que se sentó adelante de mí.
Se veía bonita, lo malo es que si me llegaba a ver, volteaba rápidamente la mirada. Eso me hace recordar los bellos momentos en los que me autonombré un galanazo (me quería en esos tiempos, que bonitos tiempos), y siempre sonreía. Eso fue hace tres años, oh, que nostalgía. Hasta tenía los dientes blancos. Recuerden que el café te jode una bella dentadura blanca (por más que me la he querido blanquear...).
Total, llegué a mi casa, comí (o eso creo, no, si, si comí), y luego me puse a ver el mágico mundo de la red. En realidad quería jugar, pero mi papá usó la PC y la dejó en internet.
Que mala suerte, quería jugar KOF 2k2. He perdido práctica, y si me llego a topar con TJW... podría ganarme, ¡si, podrías ganarme! ¡Pero te costará trabajo! (vaya, eso si que sonó mamalón, no me hagan caso... bueno, no, háganme caso).
Como a eso de las cuatro me habla Benjamín. ¿Por qué? Creo que le dije que me hablara. No quería ir a su prepa por sus libros, pero terminé yendo.
Y... cuando iba hacia el metro, casi me arroya un auto.
Lo peor de todo (siendo culpa del conductor), es que el conductor frena, sale de su auto y me corretea. Pero, no sale con las manos vacías, ¡tenía una pistola! ¡El hijo de su reputa madre tenía una pistola! ¡¿Qué se cree el culero?! Eso hace correr a cualquiera (porque, al verlo de reojo, noté que era un chaqueto dos o tres años menor que yo).
Cuando llegué al metro centro médico donde Benjamín e Iraís si me veía medio shockeado y cansado (corrí como nunca en mi vida).
Fuimos a su prepa y luego de eso... ya no recuerdo bien. No, si, caminamos por Insurgentes hasta llegar a... em... una heladería. Iraís nos invitó unos mantecados (gracias, hija). Ella pidió un banana split, Benjamín y tres Marías, si no mal recuerdo, y yo... un Naranja Glasé, la verdadera escencia del mantecado en la cáscara de la naranja.
Tenía una cereza mi helado.
Nos comimos nuestros helados, como siempre, Benjamín terminó primero. Luego terminó Iraís y al final yo... porque me comí la cáscara... ¿qué? ¿Nunca han visto que alguien se coma la cáscara de la naranja? No se culpen, lo mismo dijeron Benjamín, Iraís y la señorita que nos atendió.
Me sentí como un bicho raro, pero, lo soy y me enorgullezco de ello.
Antes de que me terminara la cáscara la señorita llegó a recoger los platos. Tenía un cachito de cáscara, y, como niño que va a ser regañado, me metí rápidamente el cachito de cáscara a la boca y me voltée. Total, me dijo que se extrañó al ver que alguien se comiera la cáscara y que era el primer wey que veía hacer eso (bueno, no dijo wey, pero... wey rifa, entienden, ¿no wey? ¿Verdad que si, wey? Chido, wey).
Después de eso pusieron la clásica griega.
Oh si, la bonita música de una especie de lira (no sé el nombre del instrumento), que empieza lento y termina muy movida.
Benjamín y yo bailamos como locos, oh si. Antes de pagar la cuenta lo hicimos, y fue divertido.
Hasta Iraís nos grabó con su nuevo celular.
Casi me pegué, pero fue bueno, realmente bueno. Sólo de recordarlo me río (ahorita me ando riendo).
Salimos de ahí, caminamos, caminamos, y caminamos. Fue poco tiempo, pero Benjamín se quejó. Es una nena quejumbrosa, un quejica y marica (eso último no me consta, pero rimó, tienen que reconocerlo). Llegamos a la casa de Iraís y ahí... les invité las sopas (tenía que invitarles algo, me siento una lacra). Las sopas que un señor tacaño nos puso poca agua, ni modo.
Después de eso, nos quedamos medio dormidos en la cocina-comedor de la casa. Hacía frío, mucho. Me acuerdo cuando me he quedado dormido en el césped.
Han sido sólo dos veces, pero fueron realmente maravillosas. La primera de ellas fue cuando fui por primera vez a CU solo. Me perdí, le hablé a mi mamá que iba a llegar un poco más tarde, y me tiré en el pasto. Me dormí como una hora más o menos, y después pregunté como llegar al metro. Fue la primera vez que recorría Ciudad Universitaria completamente a pie.
La segunda vez fue un día que fuí al parque de a soldado (solo). El sol estaba en su punto y me tiré en el césped. Que bonito es dormir así.
Después de eso, nos regresamos, llegué a mi casa... y yo quería drogarme con platino, pero me lo escondieron (nótese que esto último fue inventado, aunque algunos dicen que estoy enfermo y yo aseguro estarlo, pero... bueno, ya, sé que no importa).
Y bien, les diré porque no soy buen besador.
¿Recuerdan la cereza? (Espero no se hayan cansado de ésta entry para éstas alturas). Espero que la recuerden, pues, tomé el "palito" de la cereza para intentar hacer un nudo con la lengua. Me desesperé a los cinco minutos y luego me lo tragué.
Soy mal besador, que pena, necesito que alguien me enseñe.