Juntos para siempre (concurso interblog)
Juntos, para siempre
-¿Qué quieres decir con esperarte para siempre?
-Éste lugar es magnífico. No envejeces, y hay muchas personas. Muchachos muy apuestos en su mayoría. Cosas que te harían olvidarte de mí.
-Yo nunca podré olvidarte.
-Entonces, no me queda más remedio que confiar en ti y buscar la manera de llegar a ti, o de hacerte salir de ahí.- puso su mano en el cristal que le separaba de su amada, haciendo ella exactamente lo mismo.
-Juro que estaré aquí todo el tiempo que sea necesario y pasaré día y noche anhelando tu regreso. Lo juro.
-Regresaré, lo prometo.
-Una promesa es una promesa.- dijo con lágrimas en los ojos.
-Si, una promesa es una promesa, y debe cumplirse a cualquier costo. Si aún recuerdo que te amo, te juro y perjuro que encontraré la forma para que estemos juntos para siempre.- quitó su mano del cristal, para que empezara a formarse un enorme bloque del mismo, impidiéndole al joven escuchar la suave voz de su novia.
La primera de ellas sería de qué lugar hablamos, y otra sería por qué tuvimos que separarnos. También, y la más importante, quiénes somos nosotros.
Empezaré con lo esencial, nosotros. Yo era un tranquilo joven de veinte años de edad. Solitario y algo amargado. De pocos amigos y poco social. La vida nunca me trató bien, ¿por qué debería de tratarle bien yo? Así que me creé una barrera que me protegiera de todas aquellas personas que quisieran herirme.
Ella, ella es un ángel en todo el sentido de la palabra. Hermosa y delicada. Amable y simpática. Es la mejor persona que puedan encontrar. Sólo bastó que me mostrara su hermosa sonrisa para tumbar la barrera que yo mismo creé para protegerme del mal trato que las personas una vez llegaron a darme.
Pero no era alguien normal. Ella tenía un enorme secreto.
¿Cómo fue que nos conocimos? La conocí en mi escuela. Como les dije, yo era alguien callado y reservado, nunca decía nada. En el almuerzo siempre me sentaba solo. Recuerdo el día en el que le conocí como si hubiese sido ayer, tan claro y tan agradable como tomar una ducha caliente en una mañana helada.
Ella se acercó a mí. Tal vez llegó a sentir lástima por mi decadente apariencia. No la culpo, ni siquiera me arreglaba un poco para salir de mi casa. Realmente odiaba a la vida, a las personas, al mundo entero; en fin, me odiaba a mí mismo.
Cuando se sentó al lado mío, vi como su larga y bellísima cabellera negra se ondulaba en el viento, y sus hermosos ojos tornasol se posaban sobre mí.
Un choque cruzó por mi cabeza, como si un relámpago entrara en mi pecho e hiciera estragos en el mismo, agitando sin control todos mis sentimientos.
Como si un huracán pasara por ahí. Simplemente me habló y sonrió, sólo eso bastó para que yo quedara rendido a sus pies, como su esclavo.
A ella le agradaba. Era raro que yo le llegara a agradar a alguien. Tal vez eso no ocurría porque ni yo mismo me agradaba.
Fue en ése entonces cuando la vida me volvió a sonreír. Pero, ¿cuánto tiempo me duraría la felicidad? Muy poco, y eso es lo que más me duele en éste instante, porque sé que ella no puede ser feliz, todo por mi culpa.
¿Recuerdan que ella se encuentra aún en un sitio al cual nunca pude volver? Era parte del secreto que guarda hasta el día en el que su esencia desaparezca del universo.
Tenía que ser muy bueno como para ser verdad. Ésa frase describe exactamente lo que me sucedió con ella. Ella no es una humana. Es algo más allá de mi comprensión.
Es un ser de gentileza y pureza. La hermosura en su magnífica expresión. La totalidad de cualquier sentimiento bonito que podamos encontrar.
Lo más puro de éste y cualquier otro universo.
Es un ser lleno de magia y amor. Es algo que no podría describir exactamente con mis palabras, ni en un millón de años.
Tendrían que conocerle, y aún así tardarían bastante tiempo, como yo, para entender de lo que les hablo. Es algo desconocido pero bello.
Tal vez por ser ella algo raro para un humano ordinario, se enamoró de mí.
Fue tan hermoso nuestro amor.
No sé cuánto tiempo duró, ni creo me interese ahora.
Pero el destino tuvo que arrebatármela de las manos. Tuvo que quitármela. Deshizo mi felicidad una vez más, quitándome lo que más quería en éste mundo. A la única persona que me sonrió, me quiso y amó.
Destruyó todo mi universo con un simple giro inesperado. Ella tuvo que volver al lugar del que es originaria. Es un lugar mágico, llamado Riviera. Parece ser el cielo, pero no lo es. Es algo que va más allá de nuestra comprensión, también. Un sitio hermoso con enormes jardines florecientes y fuentes por todas partes.
Es simplemente un palacio magnífico con elegantes adornos, y gente del mismo tipo de lo que es ella. En pocas palabras, puede ser el origen de nuestro universo, la cuna del mismo.
Pero, ella no quería separarse de mí, ni yo de ella. Así que me confió su secreto. Al principio dudé de que eso fuera real, pero me lo demostró al tocarme la palma de la mano. Una sensación extraña recorrió mi cuerpo, como la primera vez que la vi.
¿Qué hicimos entonces?
Fuimos los dos al lugar, aún sabiendo que eso no estaba permitido. ¿Por qué quisieron negar nuestro amor? Aún no lo sé.
Las personas que dirigen el lugar, los que mandan ahí, los reyes, o qué sé yo sean esas cosas, se enteraron de mi presencia ahí.
Ella fue exiliada del mundo humano. No pudo salir de su hogar nunca. Al ser un humano yo, tenían que borrarme la memoria. Pero el verdadero amor no se borra. Desperté afuera de Riviera, sin recordar exactamente qué hacía ahí. Pero al momento de verle llorando pude recordar cada detalle sobre ella.
Eso les molestó mucho. Tal vez porque no querían que un pobre diablo como yo fuera tan afortunado para recibir el amor de alguien tan hermosa y delicada como ella.
Los entiendo. Ya lo he dicho, ni siquiera yo me quería.
¿Qué hicieron entonces ellos?
Alejarla de mí para siempre. Se me impidió volver a aquel lugar, ya que sabrían que el borrarme la memoria no serviría de nada. Lograron destruir mis esperanzas de encontrar a la persona con la cual vivir hasta mi último día.
Es horrible que le pase a alguien eso. Demasiado horrible. No puedo describir el sentimiento de impotencia que sentí, y aún siento.
Pasé años buscando la manera de volver ahí. Intentaba destruir el bloque de cristal que cubría la entrada para Riviera, pero nunca pude encontrar la manera de hacerlo.
Sólo podía ver como ella se encontraba ahí, sentada y pegada al cristal, esperando que yo llegara a su lado.
Para estar juntos por siempre.
El único problema es que ella es un ser eterno. Yo son tan efímero como una manzana mordida que se oxida a las pocas horas al lado de ella.
Jamás pude encontrar una forma de estar a su lado.
Morí a los ochenta años, pegado al cristal. Ella aún no sabe de mi muerte. Espero lo haga pronto, para que deje de esperar mi regreso.
Estando yo en un mundo que conozco poco, me enteré de que existe el rumor de poder llegar a Riviera. Pero también me enteré del rumor de que ella se comenzó a cristalizar, ya que no se movió de aquel lugar.
Ni siquiera para dormir.
¿Vale la pena amar tanto a alguien para que le suceda esto? Pienso que si. De no haberle conocido, mi vida no habría tenido sentido.
Espero el rumor sea falso, y deje de esperar el retorno de un perdedor, para que encuentre a alguien más con quien pasar el resto de sus días, o pasar la eternidad.
Realmente te lo deseo, Michelle.
Sabes que siempre te amará Sou.
1 Comentarios:
;O; lloré! waaaaa k bonita hixtoria mijou, en vdd todox uxtedex xon talentoxox U.uu felixidadex ^^
y merexes el diex por el simple hechu de k habia una mishelle! xDDDD
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