El valor de tu desprecio
Hace no más de ocho meses dije que odiaba a Escobedo y al servicio social. En ese entonces no puedo decir que mentía, les tenía tal desprecio a ambos por la forma miserable y despreciable en que se desenvolvían; en el servicio social la doctora me exigía demasiado como si yo estuviese escribiendo un artículo de divulgación, y, más allá de la "historia de amor" que tengo con David Escobedo Zenil, hay que recordar que para esos momentos él estaba "impartiendo" la clase de Procesamiento de Datos Geofísicos. No hay que olvidar el desenlace que tuve en ambos casos; el servicio social lo liberé de forma excelente y sin problema alguno, mientras que la materia de Procesamiento de Datos Geofísicos la reprobé de forma "misteriosa", ya sea por errores colectivos, individuales, o por "rencores", esto último no lo afirmo ni lo sostengo, prefiero quedarme con la razón de mi falta de esfuerzo e intelecto.
Quizás ocho meses sean poco tiempo, pero en ese lapso mi mente se ha despejado y he tenido en claro lo que quiero de mi vida, el rumbo en el que quiero llevar la misma y las formas en las que haré esto. Hasta hubo planes pasados que tenía para estas fechas que tuve que modificar a mitad de año, de lo cual no me siento arrepentido o fracasado.
Esos ocho meses que pasé sin escribir algo fueron por pura desidia, además de que el hecho de no tener lectores me causa un desánimo enorme. Me resulta despreciable esforzarme tanto en escribir algo y ser yo el único lector de mis pensamientos, aunque bueno, cuando este blog tenía "auge", la mayoría sólo me insultaba de una u otra forma. Dilemas del bloguero, supongo.
También cabe destacar que en esos ocho meses me deshice de varios lastres en mi vida, así como de falsas amistades. Debo decir que dejar de hablarle a Edgar fue algo de lo mejor que haya hecho, desde hace bastante tiempo que él dejó de ser "el Fera" y pasó a ser simplemente "Edgar", alguien quien dejó de considerarme amigo desde hace bastante tiempo, ¿cuánto?, sólo él lo sabe.
Sin divagar demasiado del tema principal, y como dije en la última línea del primer párrafo, tengo una falta de intelecto enorme, yo siempre me he considerado un hombre de poca inteligencia, y me remito a decir que soy un holgazán que prefiere tirarse en el sofá a ver televisión o jugar vídeo juegos que dedicarle un tiempo al estudio; demostrando que no soy un estudiante modelo, ni siquiera ejemplar. Eso está claro, y no necesito que la gente se jacte de falsa inteligencia superior a la mía, me sobaje o intente demostrar con humillaciones y falsos rencores que es intelectualmente superior a mí. Esto viene a colación a raíz de que hoy, 10 de diciembre del 2014, fue mi último día de "clases" oficial. Sí, hace varios meses pensaba yo que mi último día que tendría que ir a la escuela sería el 13 de junio, cuando México tuvo ese infame partido contra Camerún en la Copa Mundial de Fútbol Brasil 2014, pero se tuvo que hacer un reajuste de planes, ya sea por flojera, por mala fe, por alineación planetaria, por lo que sea, pero ese último, último día de clases se tuvo que aplazar por más tiempo.
Hoy fue un día en el que el deprecio que cierta gente con mayor poder del que yo poseo, así como de una jerarquía mayor, me ha dejado perplejo y superó aquel límite que yo creí haber llegado.
Y es que, como está escrito en este blog, desde el desprecio que Andrés Guerrero y Rodolfo Escroto me presentaban allá en el 2006 ~ 2007 cuando trabajaba en Cinemex, no pensé que aquel deprecio, odio o rencor que un superior me pueda tener rebasara esos límites. Pero me equivoqué, oh, sí, vaya que me equivoqué. En el 2011 descubrí mi error, y hoy descubrí algo interesante, y es que el rencor que se siembra en el corazón de una persona no se puede borrar con nada, hasta que esa persona sienta que su venganza ha sido consumada para descubrir que sólo quedan más vacíos por dentro que nada.
La máxima prueba de afecto y cariño que el Maestro en Ciencias David Escobedo Zenil fue el no reconocer él que yo tomé el curso que nos obligó a tomar para acreditar sin reparos la materia que "imparte" de décimo semestre, Procesamiento de Datos Geofísicos. El comprobante y reconocimiento que nos dieron debe de tener la firma de él y de la persona que impartió el curso, donde el único documento sin la firma del jefe de la carrera de Ingeniería Geofísica no firmó fue el mío.
Estoy sumamente agradecido por los buenos deseos que gente como él me tienen. No quiero decir el viejo cliché de que su envidia y odio sólo me vuelven más fuerte, la verdad eso no pasa, afecta bastante que un superior te quiera destrozar y ni sepas por qué.
¿Qué es lo que puedo hacer yo? Seguir con mi vida. y agradecer por estos siete años y medio. No me queda otra más que desearle lo mejor a todas esas personas que se cruzaron en mi viaje.
Quizás ocho meses sean poco tiempo, pero en ese lapso mi mente se ha despejado y he tenido en claro lo que quiero de mi vida, el rumbo en el que quiero llevar la misma y las formas en las que haré esto. Hasta hubo planes pasados que tenía para estas fechas que tuve que modificar a mitad de año, de lo cual no me siento arrepentido o fracasado.
Esos ocho meses que pasé sin escribir algo fueron por pura desidia, además de que el hecho de no tener lectores me causa un desánimo enorme. Me resulta despreciable esforzarme tanto en escribir algo y ser yo el único lector de mis pensamientos, aunque bueno, cuando este blog tenía "auge", la mayoría sólo me insultaba de una u otra forma. Dilemas del bloguero, supongo.
También cabe destacar que en esos ocho meses me deshice de varios lastres en mi vida, así como de falsas amistades. Debo decir que dejar de hablarle a Edgar fue algo de lo mejor que haya hecho, desde hace bastante tiempo que él dejó de ser "el Fera" y pasó a ser simplemente "Edgar", alguien quien dejó de considerarme amigo desde hace bastante tiempo, ¿cuánto?, sólo él lo sabe.
Sin divagar demasiado del tema principal, y como dije en la última línea del primer párrafo, tengo una falta de intelecto enorme, yo siempre me he considerado un hombre de poca inteligencia, y me remito a decir que soy un holgazán que prefiere tirarse en el sofá a ver televisión o jugar vídeo juegos que dedicarle un tiempo al estudio; demostrando que no soy un estudiante modelo, ni siquiera ejemplar. Eso está claro, y no necesito que la gente se jacte de falsa inteligencia superior a la mía, me sobaje o intente demostrar con humillaciones y falsos rencores que es intelectualmente superior a mí. Esto viene a colación a raíz de que hoy, 10 de diciembre del 2014, fue mi último día de "clases" oficial. Sí, hace varios meses pensaba yo que mi último día que tendría que ir a la escuela sería el 13 de junio, cuando México tuvo ese infame partido contra Camerún en la Copa Mundial de Fútbol Brasil 2014, pero se tuvo que hacer un reajuste de planes, ya sea por flojera, por mala fe, por alineación planetaria, por lo que sea, pero ese último, último día de clases se tuvo que aplazar por más tiempo.
Hoy fue un día en el que el deprecio que cierta gente con mayor poder del que yo poseo, así como de una jerarquía mayor, me ha dejado perplejo y superó aquel límite que yo creí haber llegado.
Y es que, como está escrito en este blog, desde el desprecio que Andrés Guerrero y Rodolfo Escroto me presentaban allá en el 2006 ~ 2007 cuando trabajaba en Cinemex, no pensé que aquel deprecio, odio o rencor que un superior me pueda tener rebasara esos límites. Pero me equivoqué, oh, sí, vaya que me equivoqué. En el 2011 descubrí mi error, y hoy descubrí algo interesante, y es que el rencor que se siembra en el corazón de una persona no se puede borrar con nada, hasta que esa persona sienta que su venganza ha sido consumada para descubrir que sólo quedan más vacíos por dentro que nada.
La máxima prueba de afecto y cariño que el Maestro en Ciencias David Escobedo Zenil fue el no reconocer él que yo tomé el curso que nos obligó a tomar para acreditar sin reparos la materia que "imparte" de décimo semestre, Procesamiento de Datos Geofísicos. El comprobante y reconocimiento que nos dieron debe de tener la firma de él y de la persona que impartió el curso, donde el único documento sin la firma del jefe de la carrera de Ingeniería Geofísica no firmó fue el mío.
Estoy sumamente agradecido por los buenos deseos que gente como él me tienen. No quiero decir el viejo cliché de que su envidia y odio sólo me vuelven más fuerte, la verdad eso no pasa, afecta bastante que un superior te quiera destrozar y ni sepas por qué.
¿Qué es lo que puedo hacer yo? Seguir con mi vida. y agradecer por estos siete años y medio. No me queda otra más que desearle lo mejor a todas esas personas que se cruzaron en mi viaje.