Cuando tenía OSHO...
Era muy unido con mi hermano. Jugábamos mucho en las maquinitas. Como no teníamos ninguna consola, era nuestra única forma de entretenernos. Yo jugaba en las máquinas desde los seis años, pero mi mamá era la que me llevaba. A los ocho, yo acompañaba a mi hermano para verlo jugar y él me dejaba jugar un round o con un personaje. Era divertido.
Nunca me atrevía retarlo en juego, si no hasta cuatro años después. Fue una buena reta aquella.
En fin, se me había olvidado algo TAN OBVIO... que por eso salí mal en un examen hoy.
Estudiar hasta caer dormido, ¿a quién se le ocurre? Dios, ¿cómo puedo olvidar cosas elementales?
Nunca me atrevía retarlo en juego, si no hasta cuatro años después. Fue una buena reta aquella.
En fin, se me había olvidado algo TAN OBVIO... que por eso salí mal en un examen hoy.
Estudiar hasta caer dormido, ¿a quién se le ocurre? Dios, ¿cómo puedo olvidar cosas elementales?
Etiquetas: Cumpleaños, Escuela
1 Comentarios:
estudiar hasta morir duele
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