Ahora si, los cinco años ya han pasado
Cinco años ya pasaron. Como lo puse hace unas entries. Suena fácil decirlo. Hoy, primero de enero del dos mil OSHO (jaja, Osho xD), algo me dice "wey, supéralo, ya pasó".
Vaya, han pasado cinco años y no he dejado de pensar como cuando iba en secundaria. Claro, he cambiado, han pasado cosas que me han hecho cambiar un tanto, y claro, el cambio físico fue muy notorio. Ahora, para celebrar el 2008... hice la tradición que mi hermano y yo empezamos hace cuatro años, no, esperen. Hace cinco. Si, recuerdo que fue en el 2003, cuando ya se confirmó que iba a viajar hacia París.
Simplemente nos había aburrido la fiesta (como siempre), y él se subió. No era muy común que me dijera que le acompañara, digo, yo era un chico muy... cerrado en mi mundo. Subió las escaleras hacia la azotea, y luego, puso la escalera de madera recargada en la pared, para subir al techo de la casa. Pensé que quería revisar el tinaco, pero me dijo que le siguiera.
Subimos, y, cuando le iba a preguntar para qué lo hicimos, cuando me dijo que viera al cielo. Empezaron unos fuegos artificiales que no podré olvidar.
Estuvimos ahí un buen rato, sin cruzar palabras (nunca he sido bueno para mantener conversaciones), viendo el cielo. Como a la media hora ó más, simplemente me dijo "que te vaya bien en Francia". Sonrió y seguimos observando el cielo.
Después de eso, año con año seguíamos viendo el cielo. Sólo que éste año, mi hermano no subió conmigo. Fue raro, ya que sólo he subido por gusto al techo en tres ocaciones, contando ésta, siendo dos de ellas porque estaba deprimido.
Hoy, por tradición de ya cinco años, subí y observé el cielo. Hice algunas llamadas, las últimas dos personas fueron Linkhare y Mary... se acabó mi crédito ahí, quise llamar a todos xD.
Es raro ver, que, en un día de fiesta mundial, no haya tanta contaminación de luz... esté todo despejado y pueda contemplar el cielo. Hoy vi muchas estrellas que no había visto antes. Lo malo es que subí algo tarde, los fuegos artificiales ya habían terminado. Será para el próximo año.
Sólo sé algo que es cierto. Falta un mes con catorce días para que tenga que ir a la secundaria y dar el reencuentro esperado. Éste mes lo usaré para estudiar, diseñar el cosplay, y tal vez vaguear un poco. Haré ejercicio, más del que hice éste año. El parkour me ha ayudado. En poco tiempo que lo he practicado, creí dos centímetros... eso no sea mucho para ustedes, pero, al fin logré mi meta de cuando tenía 12 años... medir 1.80
Suena estúpido y absurdo, pero, vamos, sigo siendo un niño. He hecho "travesurillas", pero, aún así sigo pensando como un niño xD. Ah, que cosas, que cosas. Un día de estos me tiraré en el pasto de CU, contemplando el cielo. Quería hacerlo en éste semestre, pero cuando tuve ganas (y podría decirse tiempo), tuve que ir a trabajar. Es una pena que tenga un mal recuerdo del trabajo. Puedo decir "siempre me excluían", pero yo también me excluí... de hecho, siempre me excluyo en todos lados. No sé por qué siempre pienso que no encajo. Y cuando digo eso de "no encajo", sigo recordando sus ojos el día que me dije "vamos, hombre, ya estás grande, deja de pensar en ella, ya eres parte del pasado". Su mirada fue lo que me hizo llorar. Como lo he dicho, en serio, rara vez lloro. Me entrené para no hacerlo. No sé por qué me sigo martirizando recordando cada detalle, sonido, olor y color de aquel día. Muchos me dirán que por mazoquista, pero, no creo que sea eso (aunque no hay algún fundamento lógico que yo pueda dar en contra de que sea mazoquismo, pero, en serio... no creo que lo sea, no me siento mal al recordarlo... o quien sabe). Puedo recordarlo bien... muy bien. Yo iba de jeans azules, una sudadera blanco con negro de los Raiders. Cuando me desperté ése día, me metí a bañar y puse la música. La canción que cayó en el reproductor fue "Tarde". Le puse atención, digo, es una canción del señor Ricardo Arjona. No sé por qué me llegó el pensamiento de que algo parecido me iba a pasar. Salí corriendo, llegué al metro Centro Médico, donde me quedé de ver con Oscar, para esperarlo como por media hora. Cuando llegó, fuimos hasta el metro Tacubaya, para esperar nuestras instrucciones y empezar a repartir revisas. Era un sábado, un sábado a mediados de noviembre, de hace ya dos años. Al llegar a la imprenta de la revista, comenzamos a acomodar cajas. Luego salimos a repartirlas. Fuimos a dar a plazas comerciales y eso. Primero me votaron en un Waltmart, y luego en un cruce de carros, en Polanco. Recuerdo bien que había muchas familias pasando. Hacía bien mi trabajo, cabe decirlo. Me esforzaba, seguía siendo penoso (a mis ya 18), el sol me daba en los ojos. Pablo pasó en su camioneta, me preguntó qué tal iba, le dije que más o menos, levantando el negocio. También le pregunté si me podía cambiar de acera, en la que no me diera el sol en los ojos. Me dio permiso y fui corriendo. El sol iluminaba extrañamente la otra acera, se veía raro. Por unos minutos, la calle quedaba completamente sola, y había un raro olor a humedad cálida. Era como para tomarle una foto. Lo único que faltó a la escena fue una bolsa de plástico volando... changos, creo que alucino. Pero, en serio, era una escena bellísima cuando no pasaba nada de gente. Se veía tan tranquilo.
Por mandato de Pablo, me puse la gorra naranja que decía "Tip Kids", y llevaba cargando varias revistas en mis brazos. Me era difícil, no tenía mucha fuerza en los brazos. Soy del tipo de "one hit KO", o al menos así he sido desde hace tiempo. Me había cansado un poco, tenía que repartir una caja de 110 revistas, me faltaban como ochenta o setenta. No recuerdo bien, pero si eran bastantitas. Del otro lado de la calle, en la que se iluminaba, en uno de esos momentos de belleza, algo pasó por los haces de luz. Como que todo se detuvo, y hasta un olor peculiar a fresas llegó a mi nariz. "Ella solía usar perfume con ése característico olor a fresas", pensé. En efecto, era ella. Unas de esas hojas secas coquetas se movían al compaz de su caminar. Iba acompañada por dos chicas más. Me emocioné mucho, porque, cuando pasó por los haces de luz que iluminaban el otro lado de la calle, una ráfaga rápida de viento pasó y le agitó el cabello. Su largo y precioso cabello. Espero se vayan imaginando la escena hasta ahora, yo lo sigo recordando (si, soy patético, ¿y qué? Así me gusta ser). Iba con una falda larga, de una pieza. De esas que no son ni muy largas ni muy cortas, y que no tienen mangas. Era blanca, no estaba maquillada, aún así se veía hermosa. Sólo tenía los labios rosados, aunque creo que ése es su tono natural. Cerraba un poco los ojos porque el viento, maldosamente, comenzó a soplarle fuerte al ver su hermoso andar. "¿Qué demonios hago aquí parado?" pensé, otra vez. "Tengo que ir a decirle hola, por lo menos... al menos, la veré sonreír, y eso me hará feliz" fue lo que me dije a mí mismo. Corrí, estaba un poco nervioso y asustado. La estuve viendo de lejos como por medio minuto, analicé y comprobé que realmente era ella. Estuve enfrente de ella y me vio a los ojos. En ése instante mi cuerpo se heló y, dije, sin pensar "Hola, Viri... ¿cómo estás?". Al escuchar mi pregunta... cambió su mirada, siguió de largo. El viento seguía jugueteando con su cabello, y ahora con su falda. Una de las dos chicas volteó a verme, y rápidamente se secreteó con la otra, para después secretearse con Viridiana. Era ella, no cabía duda. Me vio, la vi... nos reconocimos. Ahí, en ése instante, recordé la canción de la mañana, y, como me puse a ver algunos capítulos de Slam Dunk días atrás, una triste canción me nubló todos los sentidos. Tomé la caja de revistas, la cargué entre mis dos brazos, me quité la gorra, la guardé en la caja, y comencé a caminar. Tenía lágrimas en los ojos, lo recuerdo bien. Ésa sensación de querer llorar pero no poder hacerlo era lo que más me frustraba. Caminé sin rumbo, pero sólo en línea recta. Podía recordar donde estaba si regrsaba caminando en dirección opuesta. Pasaron como treinta minutos y Oscar me habló a mi celular. Me preguntó dónde estaba, y ya le dije que seguía ahí. Cosa que no era cierta. Caminé rápido, me detuve junto a un poste de luz (cuando ya llegué al lugar donde me votaron), y seguía llorando. Me sequé las lágrimas y con voz un tanto llorosa, me subí a la camioneta. Me preguntó Oscar si algo me pasó, pero le dije que nada, simplemente me entró polvo a los ojos. Ahí me dije "vamos, eres parte del pasado". Lo malo... fue que en mayo de ése año, antes de que fuese su cumpleaños... ella me dijo "¿por qué haces esto cuando estoy dejando de quererte?". ¿Qué se supone que deba hacer yo? Ja, ya nada. Todo está perdido en mi vida. De con Viridiana me refugié en varias chicas, pero simplemente las lastimaba. Mejor decidí no tener novias. Tuve unas cuantas, pero... bah, no era bueno para ellas que estuvieran cerca de mí. Luego... luego algo me hizo que dejara de ser un monstruo. Que pena, así empecé a tener más dolor en el corazón. En fin, en fin. Ya nada puedo hacer para remediarlo, toda esperanza la perdí. Mejor, me refugio con mis mangas, y sigo imaginando que un día me pueda llegar a tocar el final de Pop o de Manaka Junpei.
Cambiando de tema a algo que me pone más sentimental.
Sigo pensando por qué la autora de Ichigo 100% se esfuerza en hacer llorar a la gente.
Ando celebrando el inicio de año leyendo Ichigo 100%. Linkhare lo hizo terminando de leer la obra. Vaya, que diablillo es ése chiquillo. En fin, cuando releí la parte en la que Tsukasa le dice algo parecido a Junpei ("¿por qué haces esto cuando estoy dejando de quererte?") el día de los fuegos artificiales... me llegó al corazón. La mirada que le plasmaron... sólo me hace pensar que soy un reverendo idiota.
Una mala persona. Eso es lo que soy O_O.
Sólo lastimo a los que quiero O_O. Bueno, ya O_O, se supone que es un año de felicidad... se supone xD. Tengo ya mis planes hechos, no tengo porque arruinarlos. Sólo que... ¿qué diablos tengo que hacer para quitarme éstas dudas que no me dejaron dormir la última semana del año pasado? ¿Qué? Ya hablé conmigo mismo mucho y me hice esas preguntas... creo que nada puedo hacer ya.
En fin, a sonreír y a caminar adelante. El camino se hace al andar.
Que les vaya bonito en éste año 2008, año de juegos olímpicos.
Vaya, han pasado cinco años y no he dejado de pensar como cuando iba en secundaria. Claro, he cambiado, han pasado cosas que me han hecho cambiar un tanto, y claro, el cambio físico fue muy notorio. Ahora, para celebrar el 2008... hice la tradición que mi hermano y yo empezamos hace cuatro años, no, esperen. Hace cinco. Si, recuerdo que fue en el 2003, cuando ya se confirmó que iba a viajar hacia París.
Simplemente nos había aburrido la fiesta (como siempre), y él se subió. No era muy común que me dijera que le acompañara, digo, yo era un chico muy... cerrado en mi mundo. Subió las escaleras hacia la azotea, y luego, puso la escalera de madera recargada en la pared, para subir al techo de la casa. Pensé que quería revisar el tinaco, pero me dijo que le siguiera.
Subimos, y, cuando le iba a preguntar para qué lo hicimos, cuando me dijo que viera al cielo. Empezaron unos fuegos artificiales que no podré olvidar.
Estuvimos ahí un buen rato, sin cruzar palabras (nunca he sido bueno para mantener conversaciones), viendo el cielo. Como a la media hora ó más, simplemente me dijo "que te vaya bien en Francia". Sonrió y seguimos observando el cielo.
Después de eso, año con año seguíamos viendo el cielo. Sólo que éste año, mi hermano no subió conmigo. Fue raro, ya que sólo he subido por gusto al techo en tres ocaciones, contando ésta, siendo dos de ellas porque estaba deprimido.
Hoy, por tradición de ya cinco años, subí y observé el cielo. Hice algunas llamadas, las últimas dos personas fueron Linkhare y Mary... se acabó mi crédito ahí, quise llamar a todos xD.
Es raro ver, que, en un día de fiesta mundial, no haya tanta contaminación de luz... esté todo despejado y pueda contemplar el cielo. Hoy vi muchas estrellas que no había visto antes. Lo malo es que subí algo tarde, los fuegos artificiales ya habían terminado. Será para el próximo año.
Sólo sé algo que es cierto. Falta un mes con catorce días para que tenga que ir a la secundaria y dar el reencuentro esperado. Éste mes lo usaré para estudiar, diseñar el cosplay, y tal vez vaguear un poco. Haré ejercicio, más del que hice éste año. El parkour me ha ayudado. En poco tiempo que lo he practicado, creí dos centímetros... eso no sea mucho para ustedes, pero, al fin logré mi meta de cuando tenía 12 años... medir 1.80
Suena estúpido y absurdo, pero, vamos, sigo siendo un niño. He hecho "travesurillas", pero, aún así sigo pensando como un niño xD. Ah, que cosas, que cosas. Un día de estos me tiraré en el pasto de CU, contemplando el cielo. Quería hacerlo en éste semestre, pero cuando tuve ganas (y podría decirse tiempo), tuve que ir a trabajar. Es una pena que tenga un mal recuerdo del trabajo. Puedo decir "siempre me excluían", pero yo también me excluí... de hecho, siempre me excluyo en todos lados. No sé por qué siempre pienso que no encajo. Y cuando digo eso de "no encajo", sigo recordando sus ojos el día que me dije "vamos, hombre, ya estás grande, deja de pensar en ella, ya eres parte del pasado". Su mirada fue lo que me hizo llorar. Como lo he dicho, en serio, rara vez lloro. Me entrené para no hacerlo. No sé por qué me sigo martirizando recordando cada detalle, sonido, olor y color de aquel día. Muchos me dirán que por mazoquista, pero, no creo que sea eso (aunque no hay algún fundamento lógico que yo pueda dar en contra de que sea mazoquismo, pero, en serio... no creo que lo sea, no me siento mal al recordarlo... o quien sabe). Puedo recordarlo bien... muy bien. Yo iba de jeans azules, una sudadera blanco con negro de los Raiders. Cuando me desperté ése día, me metí a bañar y puse la música. La canción que cayó en el reproductor fue "Tarde". Le puse atención, digo, es una canción del señor Ricardo Arjona. No sé por qué me llegó el pensamiento de que algo parecido me iba a pasar. Salí corriendo, llegué al metro Centro Médico, donde me quedé de ver con Oscar, para esperarlo como por media hora. Cuando llegó, fuimos hasta el metro Tacubaya, para esperar nuestras instrucciones y empezar a repartir revisas. Era un sábado, un sábado a mediados de noviembre, de hace ya dos años. Al llegar a la imprenta de la revista, comenzamos a acomodar cajas. Luego salimos a repartirlas. Fuimos a dar a plazas comerciales y eso. Primero me votaron en un Waltmart, y luego en un cruce de carros, en Polanco. Recuerdo bien que había muchas familias pasando. Hacía bien mi trabajo, cabe decirlo. Me esforzaba, seguía siendo penoso (a mis ya 18), el sol me daba en los ojos. Pablo pasó en su camioneta, me preguntó qué tal iba, le dije que más o menos, levantando el negocio. También le pregunté si me podía cambiar de acera, en la que no me diera el sol en los ojos. Me dio permiso y fui corriendo. El sol iluminaba extrañamente la otra acera, se veía raro. Por unos minutos, la calle quedaba completamente sola, y había un raro olor a humedad cálida. Era como para tomarle una foto. Lo único que faltó a la escena fue una bolsa de plástico volando... changos, creo que alucino. Pero, en serio, era una escena bellísima cuando no pasaba nada de gente. Se veía tan tranquilo.
Por mandato de Pablo, me puse la gorra naranja que decía "Tip Kids", y llevaba cargando varias revistas en mis brazos. Me era difícil, no tenía mucha fuerza en los brazos. Soy del tipo de "one hit KO", o al menos así he sido desde hace tiempo. Me había cansado un poco, tenía que repartir una caja de 110 revistas, me faltaban como ochenta o setenta. No recuerdo bien, pero si eran bastantitas. Del otro lado de la calle, en la que se iluminaba, en uno de esos momentos de belleza, algo pasó por los haces de luz. Como que todo se detuvo, y hasta un olor peculiar a fresas llegó a mi nariz. "Ella solía usar perfume con ése característico olor a fresas", pensé. En efecto, era ella. Unas de esas hojas secas coquetas se movían al compaz de su caminar. Iba acompañada por dos chicas más. Me emocioné mucho, porque, cuando pasó por los haces de luz que iluminaban el otro lado de la calle, una ráfaga rápida de viento pasó y le agitó el cabello. Su largo y precioso cabello. Espero se vayan imaginando la escena hasta ahora, yo lo sigo recordando (si, soy patético, ¿y qué? Así me gusta ser). Iba con una falda larga, de una pieza. De esas que no son ni muy largas ni muy cortas, y que no tienen mangas. Era blanca, no estaba maquillada, aún así se veía hermosa. Sólo tenía los labios rosados, aunque creo que ése es su tono natural. Cerraba un poco los ojos porque el viento, maldosamente, comenzó a soplarle fuerte al ver su hermoso andar. "¿Qué demonios hago aquí parado?" pensé, otra vez. "Tengo que ir a decirle hola, por lo menos... al menos, la veré sonreír, y eso me hará feliz" fue lo que me dije a mí mismo. Corrí, estaba un poco nervioso y asustado. La estuve viendo de lejos como por medio minuto, analicé y comprobé que realmente era ella. Estuve enfrente de ella y me vio a los ojos. En ése instante mi cuerpo se heló y, dije, sin pensar "Hola, Viri... ¿cómo estás?". Al escuchar mi pregunta... cambió su mirada, siguió de largo. El viento seguía jugueteando con su cabello, y ahora con su falda. Una de las dos chicas volteó a verme, y rápidamente se secreteó con la otra, para después secretearse con Viridiana. Era ella, no cabía duda. Me vio, la vi... nos reconocimos. Ahí, en ése instante, recordé la canción de la mañana, y, como me puse a ver algunos capítulos de Slam Dunk días atrás, una triste canción me nubló todos los sentidos. Tomé la caja de revistas, la cargué entre mis dos brazos, me quité la gorra, la guardé en la caja, y comencé a caminar. Tenía lágrimas en los ojos, lo recuerdo bien. Ésa sensación de querer llorar pero no poder hacerlo era lo que más me frustraba. Caminé sin rumbo, pero sólo en línea recta. Podía recordar donde estaba si regrsaba caminando en dirección opuesta. Pasaron como treinta minutos y Oscar me habló a mi celular. Me preguntó dónde estaba, y ya le dije que seguía ahí. Cosa que no era cierta. Caminé rápido, me detuve junto a un poste de luz (cuando ya llegué al lugar donde me votaron), y seguía llorando. Me sequé las lágrimas y con voz un tanto llorosa, me subí a la camioneta. Me preguntó Oscar si algo me pasó, pero le dije que nada, simplemente me entró polvo a los ojos. Ahí me dije "vamos, eres parte del pasado". Lo malo... fue que en mayo de ése año, antes de que fuese su cumpleaños... ella me dijo "¿por qué haces esto cuando estoy dejando de quererte?". ¿Qué se supone que deba hacer yo? Ja, ya nada. Todo está perdido en mi vida. De con Viridiana me refugié en varias chicas, pero simplemente las lastimaba. Mejor decidí no tener novias. Tuve unas cuantas, pero... bah, no era bueno para ellas que estuvieran cerca de mí. Luego... luego algo me hizo que dejara de ser un monstruo. Que pena, así empecé a tener más dolor en el corazón. En fin, en fin. Ya nada puedo hacer para remediarlo, toda esperanza la perdí. Mejor, me refugio con mis mangas, y sigo imaginando que un día me pueda llegar a tocar el final de Pop o de Manaka Junpei.
Cambiando de tema a algo que me pone más sentimental.
Sigo pensando por qué la autora de Ichigo 100% se esfuerza en hacer llorar a la gente.
Ando celebrando el inicio de año leyendo Ichigo 100%. Linkhare lo hizo terminando de leer la obra. Vaya, que diablillo es ése chiquillo. En fin, cuando releí la parte en la que Tsukasa le dice algo parecido a Junpei ("¿por qué haces esto cuando estoy dejando de quererte?") el día de los fuegos artificiales... me llegó al corazón. La mirada que le plasmaron... sólo me hace pensar que soy un reverendo idiota.
Una mala persona. Eso es lo que soy O_O.
Sólo lastimo a los que quiero O_O. Bueno, ya O_O, se supone que es un año de felicidad... se supone xD. Tengo ya mis planes hechos, no tengo porque arruinarlos. Sólo que... ¿qué diablos tengo que hacer para quitarme éstas dudas que no me dejaron dormir la última semana del año pasado? ¿Qué? Ya hablé conmigo mismo mucho y me hice esas preguntas... creo que nada puedo hacer ya.
En fin, a sonreír y a caminar adelante. El camino se hace al andar.
Que les vaya bonito en éste año 2008, año de juegos olímpicos.
2 Comentarios:
Diablos Gary, diablos...
Pero asi es la vida, ya sabes como somos...
Mejor sigamos ocultandonos en nuestros mangas :ind:
Callen, CALLEN que eso hago yo ;___; (lo de refugiarme en los mangas)
neta que si me hiciste llorar con esto y bastante...ia sabes como soy de pinche llorona u_uUu
aun asi...asdasfasd ;_;
no tengo palabras, solo espero ya estes mejor, saludos prometido, te quiero musho
Atte.
M a r i e.
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