Cinco años...

Se dicen tan fáciles. Cinco años ya van a pasar desde que dejé la secundaria. "Cinco años desde que mi martirio comenzó", eso probablemente sería lo que llegaría a pensar si siguiera en un estado depresivo; pero no más. Ahora sólo pienso que han pasado cinco años en los que he ido cambiando, y qué cambio. Cuando tenía 15 aún era un tipo poco sociable, no me caía nadie bien, no podía socializar con nadie. En las vacaciones perdí por segunda vez mi computadora, no podía usar el internet. Estuve todo el verano vagueando, haciendo ejercicio (cuando me dañé el corazón fue en el verano del 2003), conociendo gente, en fin, puedo decir que fue el mejor verano de mi vida.
En la preparatoria parece que tuve un cambio drástico. Me tocó compartir salón con varios de la secundaria, y ellos se frikearon por el cambio que di (además de que crecí, pasé de medir 1.40 a 1.65 en sólo mes y medio de vacaciones), además de que pude socializar con personas que se parecen a mí (Grisha, Benjamín, Toño, Jorge, Marcos, etc.), y también de valerme por mí mismo. Ir en la tarde fue algo bien cool, como que los de la mañana se veían ñoños a comparación de nosotros. Y no sólo eso, los pseudo ataques de los porros fueron de lo mejor.
Como me gustó mucho lo que hice en ése verano, no dejé de repetirlo mientras iba en cuarto de prepa, y eso de matar perros... si siguiera siendo ése sádico ser, diría que fue lo mejor, pero ahora veo que me equivoqué.
Por azares del destino, hubo rencillas con unos viejos amigos de la secundaria, y, cuando entré a quinto de prepa, fui de lo más huraño que puedan pensar; porque, como me tocó repetir el salón con los del año pasado... y todos quedaron en mi contra al final del año... pues el único "amigo" que me quedó fuer Benjamín.
Luego de pasar por muchas cosas (y vivir COSAS GENIALES, que nadie sabe, ni sabrá xD), pude socializar más con las personas que me creían detestable, y pude manejarlas a mi antojo, al igual de herir psicológicamente (y tal vez para siempre) a unas personas.
Des cubrí varias de mis habilidades, y, como desde secundaria quería estudiar ingeniería, entré al Área 1, de las matemáticas y física. Ahí conocí a varios geeks, nerds y mamones. Varios se sentían demasiado por "saber" aplicar fórmulas y otros más eran... nerds, NERDS.
No me sentí identificado en mi grupo, de hecho, sentía que era lo más sobresaliente y que no encajaba ahí. Era el único que sentía gusto por el anime, y no sólo eso, trataba de ser sociable entre mis compañeros. Terminé siendo desplazado, además de que me daban flojera las clases. Saqué calificaciones normales por no hacer tareas y esas cosas. Aunque los maestros decían que sabía aún más que Paul (un tipo semi autista que tiene amplíos conocimientos matemáticos), sólo que no le daba la importancia debida al estudio. No entendí la importancia de ésas palabras, ni aún recursando química le tomé importancia a ésa advertencia. Cuando tuve que recursar, me vi obligado a tener que trabjar, ya que a mi mamá no le gustaba la idea de que me la pasara vagueando. Como no me gusta tener cualquier trabajo, me fui al "más difícl" de conseguir para alguien de la edad en el D.F.; entrar a trabajar en Cinemex.
Difícil, lo sé, pero aún así, también tuve otro trabajo, donde conocí a un gran cuate, Luis. Ahí aprendí a quitarme la pena de hablarle a la gente, lo que me ayudó bastante para trabajar en el cine, aunque también sufrí un gran golpe: Viridiana... ya saben qué pasó, no quiero ponerlo de nuevo, luego se enojan porque "recuerdo mis heridas" y me gusta sufrir y blah, blah, blah... En el cine conocí a varios tipos bien buena onda, y unos cuantos egoístas. Viví muchas cosas irrepetibles. Grandiosas y fastidiosas. De todo hubo. Trabajé como burro. A veces me daban las gracias, a veces no. Lo malo pasó en febrero de éste año. Ya saben qué pasó. De ahí, me empezó a ir mal, mal, mal. Todo era mental. Claramente me abrí los ojos y, después de irlo meditando desde que recursé química, decidí escoger la carrera de ingeniería geofísica. Entré a estudiar, y seguía trabajando, pero costaba mucho esfuerzo el tener que trabajar siete horas diarias e ir a la escuela. Me tomó mucho tiempo y trabajo tomar la decisión de renunciar. Varios me dicen que ha sido lo peor que he hecho, pero, no puedo arrepentirme. Trabajando me ocurrió algo de lo que me arrepiento; y también cosas de las que no me arrepiento.
Pasaron grandes cosas, conocí a grandes tipos (el Fera es uno de ellos), y heme aquí, estudiando. Al fin terminó mi semestre, cosa que no creía que pasaría. Los días se me hacían eternos, juro que me parecían semanas, y los meses años. Lo malo de matarme estudiando son mis resultados, pero, ¿qué le puedo hacer? No repetir mis errores.
Falcon me lo dijo una vez, la vida da segundas oportunidades, pero no por eso, desaprovecharemos las primeras.
Ya han pasado cuatro, casi cinco, años desde que salí de la secundaria. Si no mal recuerdo, varios de la misma se reunirán el 14 de febrero. Pensaba ir, pero, ¿para qué? Siempre fui excluído, y los únicos lugares donde me siento acoplado son la facultad y mi extrabajo. De ahí en fuera, los demás sitios han sido basura. Pero, ¿qué diablos? Quiero enseñar los cambios que he sufrido. Y si van personas "especiales/detestables", sería mejor.
De cualquier forma, pocos se acuerdan de mí.