Triste muñeca hermosa
Era de noche. En un cuarto solitario, de un departamento abandonado, sucio y carcomido por el paso del tiempo, se encontraba una muñeca, la cual se encontraba como el departamento.
La luz de la luna llena brillaba por todo el cuarto, entrando por lo que una vez era una ventana con vidrios, ahora sólo queda el agujero sobre la pared, iluminando especialmente a la muñeca antes mensionada.
A leguas se notaba que era la muñeca de una niña rica, o de dinero, la cual quedó abandonada al tener que mudarse la familia de la misma de apartamento.
La cara estaba pintada a mano, y los rasgos de la misma tenían unos finos detalles, que, a pesar de estar algo carcomidos, la hacían ser una de las más hermosas muñecas diseñadas en la época contemporanea.
Sus ropas, azules como el cielo, estaban llenas de agujeros y negras, a causa de los hongos que se encuentran en la misma. Sus zapatitos de charol, también azules, parecían los de una niña rica. Como lo dije antes, la muñeca era hermosa, lo era.
Ahora, de noche, iluminada por la luz de la luna, se encontraba deseando que alguien la encontrara, que jugara con ella, como su niña solía hacerlo en aquellos bellos tiempos, en los tiempos donde todo era felicidad, al menos para ella.
Una persona pobre, realmente pobre, entró al edificio para pasar la noche. Seguía la luz de la luna, ya que le temía a la oscuridad. Al seguir la luz de la luna, encontró a la muñeca. La tomó, y vio sus ojos. Parecía que estos se convertían en un par de pozos negros, y las lágrimas de felicidad brotaban de ellos.
La muñeca volvió a ser feliz, dándole felicidad a alguien que también la necesitaba.
Un pequeño cuento que le relaté a Marik.
Espero les agrade.
La luz de la luna llena brillaba por todo el cuarto, entrando por lo que una vez era una ventana con vidrios, ahora sólo queda el agujero sobre la pared, iluminando especialmente a la muñeca antes mensionada.
A leguas se notaba que era la muñeca de una niña rica, o de dinero, la cual quedó abandonada al tener que mudarse la familia de la misma de apartamento.
La cara estaba pintada a mano, y los rasgos de la misma tenían unos finos detalles, que, a pesar de estar algo carcomidos, la hacían ser una de las más hermosas muñecas diseñadas en la época contemporanea.
Sus ropas, azules como el cielo, estaban llenas de agujeros y negras, a causa de los hongos que se encuentran en la misma. Sus zapatitos de charol, también azules, parecían los de una niña rica. Como lo dije antes, la muñeca era hermosa, lo era.
Ahora, de noche, iluminada por la luz de la luna, se encontraba deseando que alguien la encontrara, que jugara con ella, como su niña solía hacerlo en aquellos bellos tiempos, en los tiempos donde todo era felicidad, al menos para ella.
Una persona pobre, realmente pobre, entró al edificio para pasar la noche. Seguía la luz de la luna, ya que le temía a la oscuridad. Al seguir la luz de la luna, encontró a la muñeca. La tomó, y vio sus ojos. Parecía que estos se convertían en un par de pozos negros, y las lágrimas de felicidad brotaban de ellos.
La muñeca volvió a ser feliz, dándole felicidad a alguien que también la necesitaba.
Un pequeño cuento que le relaté a Marik.
Espero les agrade.
3 Comentarios:
Pues.... esta chida la descrpcion, pero el final es burdo :inflado
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Nah, tienes razón. No rifó, pero no ando de buen humor.
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